viernes, 30 de julio de 2010

DE VUELTA

Hola de nuevo, para quién vuelva a visitarme. Han pasado demasiados meses, cierto.

Faltó la inspiración y el tiempo, nada más que eso.

No creáis, que todavía no tengo muchas ideas para escribir aunque deseo tenerlas y poder plasmarlas, me apetece de veras. Y sucede que en ocasiones, sobretodo de noche y ya acostada, me vienen todas esas ideas y esas ganas de escribir, pero el cansancio y la pereza me impiden levantarme. También recuerdo que al día siguiente he de cumplir con ciertas tareas de las cuales no podría hacerme cargo si me tirase toda la noche frente al ordenador o el papel escribiendo.

Se me han escapado grandes momentos de inspiración. Y hoy, ahora espero que se me despierte algo por aquí dentro y así desahogarme. Pienso y siento que el escribir es mi válvula de escape.

No hace mucho encontré mi diario de adolescente. Me hizo mucha ilusión. Releyéndolo pude darme cuenta que aquello que tenía en mi memoria fue cierto en una época pasada. Reviví sentimientos que creí olvidados y que jamás volvería a sentir por haberme hecho adulta, por haber sido madre. Me di cuenta que lo de escribir siempre ha formado parte de mi manera de entender la vida y de comprenderla. Me di cuenta que sí me merece la pena escribir lo primero que me viene a la mente en el preciso momento en el que me viene. Que sí me merece la pena llorar hasta no poder más escribiendo y leyendo una y otra vez cuando tengo malos momentos; y que sí merece la pena reir hasta parecer una loca frente a mis letras cuando tengo el corazón lleno de cosas alegres.
Mi niña estaba conmigo cuando encontré el diario y le pude explicar qué era. Mi diario quedó interrumpido hace 16 años y lo retomé a los 6 para despedirme de él. He prometido a mi hija que ella lo continuará a la misma edad que yo lo comencé. Me hace una especial ilusión ya que creo que será la edad en la que ella pueda leerlo y comprenderlo y verá que su madre también tuvo 15 y 16 años y que también era insegura y descubría el mundo. Luego me gustará mucho compatir y comparar con ella, una vez se haga adulta, nuestras adolescencias plasmadas en un mismo diario, con una diferencia de 29 años, además clavaditos.

Hoy por hoy tengo un diario pero este es de adulta y mucho más íntimo. Es donde he estado escribiendo algunas cosillas desde que no publico en el blog, ya que son cosas demasiado privadas. El objetivo de mis letras para mí, tanto las íntimas como las que comparto en público es poder dejar algún tipo de huella, aunque ya me basta el hecho de que sean una manera de aliviarme y de encontrar equilibrio emocional. Sobretodo espero que todos esos escritos caigan algún día en alguien que realmente quiera saber quién soy. Es fácil de imaginar que mi mayor deseo es que fueran el gran legado para mi(s) hija (os) y después sus hijos (as)...