¿Ves? Ya se han ido las nubes.
Ya vuelves a adivinar alguna estrella.
Sí, aquella, la que más brilla.
¡QUÉ ME GUSTA VERTE, MI ESTRELLA!
EN TU CAMINO... ¿QUE TE PONEN UNA PIEDRA?: LA SALTAS. ¿QUE TE PONEN UNA ROCA?: LA RODEAS. ¿QUE TE CAVAN UNA TUMBA?: TÁPALA Y PISOTEA LA TIERRA. ¿Y SI TE ENCUENTRAS UN PRECIPICIO?: CONSTRÚYETE UN PUENTE HACIA EL OTRO LADO. ENTRE OBSTÁCULO Y OBSTÁCULO, ENTRE SOLUCIÓN Y SOLUCIÓN, INVIERTES TU TIEMPO EN APRENDER, EN SUPERAR, EN VALORAR, EN CRECER. JAMÁS TE OLVIDES DE CAMINAR LIBRE: TIENES ALAS PARA VOLAR.
domingo, 28 de agosto de 2011
domingo, 7 de agosto de 2011
SALIERON LAS ESTRELLAS
Atípica noche de verano, aunque bochornosa.
El cielo totalmente tapado con un tupido manto de nubes. Ni una sola estrella. Anoche lucían en un firmamento nítido.
Recuerdo los viajes nocturnos por esas carreteras de la España profunda, allá por los 80. ¡Imposible contarlas! Busco volver a ver ese panorama. No hay cosa que me relaje más: la noche y su firmamento.
Mirando, mirando, pues mira... las cosas de los vientos que van y que vienen... Se empiezan a asomar tímidamente... Sí, sí. Una... dos... tres... ¿Dónde están las nubes?
Pero tal y como se han ido, otra vez vuelven. Pero estas son más ténues y mis estrellas se resisten a desaparecer. Asoman su tímido resplandor entre las brumas.
Cierro los ojos mientras que mis pensamientos fluyen en esta olla a presión. Abro y... no hay nubes... sólo mis luceros, todos. Los de todas mis noches.
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