A veces pierdes cosas que siempre quisiste perder. A veces pierdes lo que siempre quisiste ganar y ganaste.
Perdiendo, a veces, ganas. Pero ¿merece la pena el sacrificio? Hay cosas demasiado buenas como para perderlas definitivamente. Quizá tengas la oportunidad de recuperarlas de nuevo en tus futuras andanzas.
Dolor. Duele perder lo querido.
Duelo. Es el consuelo, la cura al dolor.
Tiempo. Paciencia. Sacrificio.
Arriesgas la pérdida de lo querido. Lo sacrificas. Quizá es un modo de hacer borrón, iniciar desde cero, para luego, más tarde, recuperar parte de lo perdido.
Recuperar lo querido con fuerzas renovadas. En otro contexto. Con otro ánimo. Con más arraigo.
Pese a la esperanza, no se está preparado para el sacrificio de la pérdida.
Pero caminando hacia delante será como etapa tras etapa se suma, y lo que de verdad importa, perdura.
P.D.: Sabes que te quiero de una manera muy especial. Me has enseñado muchas cosas y espero seguir aprendiendo de tí. No olvides nunca nuestros momentos, yo no lo haré. Sabes que hay un rayito de sol que brilla para las dos. Hoy la vida en cierto modo nos separa, pero siempre estaré ahí para tí.
