sábado, 18 de abril de 2009

El Punto y la I

Quien tiene un amigo tiene un tesoro. Que cierto es esto.

En la infancia mis amigos se limitaron a ser mis compañeros de juego, ya que mi centro era mi familia (padres, hermana, tíos, abuelos y primos).

En la adolescencia es cuando todos esos “amigos” me demostraron todo lo amigos que eran. En esa época conocí a muchísima gente. Tuve buenos compañeros de instituto y trabajo. Las personas con las que gastaba mi tiempo libre y de ocio decían ser mis amigos. Creo que yo me comporté como tal y no recibí lo que dí.

Tras esta etapa, y sin contar que mi pareja es mi amigo, mi compañero y mi amante, tan solo cuento con una gran amiga, y eso que apenas nos vemos.

Yo la llamo Mi Yoli. La conocí en uno de los trabajos donde he estado. Tras ser despedidas al mismo tiempo, volvimos a coincidir en otra empresa. Ahí empezó todo. Nos fuimos conociendo. Teníamos los mismos turnos y los mismos puestos de trabajo. Congeniamos a la perfección, fuimos un gran equipo: el punto y la i.

Era una persona atrapada por sus propios complejos. En cambio es grande. Su madre siempre me dice: “Mi Yoli es muy especial”. Ha logrado superar esa baja autoestima. Nunca tuvo novio y yo le auguré que ella sería de las que en seis meses encuentra novio se casa y al año la criatura. No fue en seis meses, pero sí en doce. Jacinto entró en su vida y Mi Yoli creció aún más como persona y al año siguiente ya estaba casada y Noa veía la luz. Ayer nació Raúl, tres años menor que su hermana.

Jamás olvidaré el día de su boda. He de decir que no me va mucho eso de las bodas, pero no podía perderme un día tan importante en la vida de Mi Yoli. Ella contaba conmigo y yo no la podía fallar. No sé si tuvo algo que ver mi estado de buena esperanza, pero cuando yo la vi entrar por la puerta de la iglesia del brazo de su padre me saltaron las lágrimas y ya no pude parar en todo el día, ya que cada vez que la miraba me emocionaba verla tan feliz. Se lo merece tanto…. La verdad es que me sentí un poco tonta, pero tampoco hice por reprimirme. Todavía me emociono. Ese día me dí cuenta de lo mucho que la quiero y de lo que es para mí.

Mi Yoli no solo es buena. Es probable que halla quien no opine exactamente igual, porque no le puedes gustar a todo el mundo y nadie es perfecto, pero ella me ha respetado y me ha aceptado, con todos mis defectos y con todas mis virtudes. Siempre me ha escuchado y aunque no estuviera de acuerdo conmigo he sentido su apoyo y comprensión.

Un amigo no ha de ser quien te solucione problemas ni te juzgue. Un amigo da y recibe cariño, comprensión y respeto, pese a las diferencias y dificultades. Un amigo siempre está ahí aunque te separen la distancia o el tiempo.

Soy rica. Yo tengo un tesoro. Con todo mi cariño: Yoli, sé feliz y enhorabuena por tu familia.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Precioso...
Absolutamente de acuerdo con tu definición de amistad.
UN GRAN ABRAZO

Marta Parreño dijo...

Tu Yoli estará feliz de leer tu escrito. Los amigos no se cuentan con los dedos porque posiblemente tu Yoli ocupe en tu vida lo mismo que la vida de otro ocupan 5 amigos. Y seguramente, aunque el tiempo, la distancia y las rutinas os separen estareis ya juntas para siempre.