domingo, 19 de agosto de 2012

BAILAR


Nací con el baile recorriendo todo mi cuerpo por las venas. No importa el ritmo ni el estilo. Lo bailo todo.

Sólo sé que me gusta.

Sólo sé que bailando soy libre.

Sólo sé que cuando la música suena mi cuerpo se va.

Es sentimiento.

Pero no me adapto a pasos programados. La técnica no es para mí. Sólo me dejo llevar por la música, que no por la pareja. Grave error. Lo sé.
Me cuesta. Soy un calvario para profesores y compañeros de baile. Además, soy consciente de que no soy nada elegante. Tengo estilo propio.

Sin embargo cuando estoy en la pista y no sigo reglas, disfruto y al parecer gusta. Cuando no pienso en nada, cuando dejo que el ritmo entre por todos los poros de mi piel, cuando disfruto y disfrutan conmigo, no existe el tiempo, no existen los problemas.

Actuar frente un público es una adrenalina fantástica, de puro infarto. Pero me falta seguridad.

Aunque a fin de cuentas lo que piensen y digan de mi baile poco me importa.

Como una loca paso horas en casa, a solas, bailando y bailando: rock, pop, latino, trance, makina, cualquier ritmo. ES LIBERADOR.

Me pierde el baile, me pierde que me vean bailar, me fascina controlar mis movimientos sin controlarlos.

Y si esto es así, ¿por qué la disciplina y la técnica son mi calvario?

Y he llegado a complementarme con algún chico, sobretodo con la bachata, ¡pero qué bonitoooooo! Quiero aprender, practicar, disfrutar de este baileeeee.



Óyela.

Éscuchala.

Siéntela.

Es una droga que te transporta a otra realidad.

Tus caderas,

Tus hombros,

Los pies, no los controlas.

El aire es más ligero y puro.

Sientes que vuelas y que no existen fronteras.

Nada puede pararte ahora.

Se mete dentro de ti.

Te domina.

Pero eres libre.

No hay tiempo.

Sólo música, sólo tú.

Sólo baile.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hacía tanto tiempo que no pasaba por aqui pero me ha encantado leer todo lo que he leído. Me has emocionado
Besos y sigue asé de feliz
Emma
( aunque no estamos tanto en contacto te aprecio muchísimo )