martes, 5 de octubre de 2010

TOCANDO EL CIELO

Alcé la mano extendida hacía el cielo.
Deslumbraron los rayos del Sol.
Luz. Claridad.
Sigo viendo mis cinco dedos intentando llegar alto, hacía el cielo.
Calentaron los rayos del Sol.
Fuego. Calor.
Percibí como llegaron a mí aromas de fresca menta.
Y escuché como la suave brisa jugaba al escondite entre las hojas del cerezo.
¡Qué sabor más dulce tiene la paz!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, y que dificil es encontrarla.

Peggy dijo...

¿Cuántos momentos de paz encontramos en la vida? Bien pocos. Recuerdo el prado que había cerca de mi colegio, todo llano y verde con un enorme y hermoso cerezo en todo el medio. Allí celebrábamos el día de la torilla y el día de la sardina. Es un lugar perfecto para buscar un poquito de paz, si es que todavía existe.

Anónimo dijo...

Vaya sitio más idílico que describes,

Peggy dijo...

Me trae grandes recuerdos de mi infancia. Es un lugar inolvidable.