miércoles, 11 de marzo de 2009

El Imbécil


Un nuevo día. Hoy creo que estoy cansado de mi vida. Si mis hijos ya son adultos e independientes, ¿para qué quiero seguir trabajando? Tan solo tengo que hacerle cambiar de opinión para vender la cacho casa esta. Claro, si me hubiera hecho caso cuando le dije de venderla a los dos años de trasladarnos… Ella y sus sentimentalismos, siempre con la tontería de “echar raíces” y que a ella la sacaban de esta casa con “los pies por delante”. Ja.

Bueno si la vendo ahora sacamos “cacho”, nos compramos un apartamentito en la playa, me cambio el coche y a viajar. ¡Eso sí es vida! Pero ella: NO. Primero tanto trabajar, luego venga niños (me podría haber buscado una que no se quedara preñada), nada más y nada menos que tres, y además todo para ellos. ¿Qué hay de mis necesidades? Necesito mis horas de sueño, mis ratos de descanso, mi lotería, las tías que pasan por la calle, y si tengo ganas, pues ya se sabe, no cuesta tanto de comprender. Pues no señor, ella empeñada en currar y currar. Que si LEVANTATE, que si VE A COMPRAR GÉNERO, que si CARGA LAS CÁMARAS, ¡jolín, qué estrés! ¿Y ella qué hacía? Pues ya ves: se levantaba, preparaba a los críos, los llevaba al colegio, venía al bar, se ponía el delantal y ¡ale! se encerraba en la cocina y ya lo había hecho todo, luego con sus queridos hijos y su manía de limpiarlo todo. Cuando yo llegaba harto de poner cafés y cubatas y de cotillear con esa panda de borrachos misóginos necesitaba a una MUJER en mi cama, pero ¿qué me encontraba?...

Pues eso, HOY es mi día. Ahora me toca a mí. Me da igual cómo se ponga. Es sí o sí. Como no entre por el aro… se va a enterar, hombre…. Le diré que me largo… Total, si no me sale bien, venderemos la casa de todos modos, me cambio el coche de todos modos, me “lio” con esa “chati” que me ronda en el trabajo, aguanto dos añitos más hasta la prejubilación, y seguro que luego quiere volver. Mientras ya me habré cobrado el tiempo perdido con tantas chorradas de familia, trabajo e hijos.

Bueno, esta es la mía. La solución la tiene ella, yo ya he tomado mi decisión y nadie me hecha para atrás. ¿No hace eso mi hijo y le sale bien? Le toma el pelo a todas esas pánfilas que se busca, ¿por qué no me va a salir bien a mí con ésta ahora que parece que flojea un poco?

5 comentarios:

Elena dijo...

¿Quién es este idiota al que retratas? No me gustaría conocerle. Y quiero pensar que en realidad no tiene mujer, porque no habría quien le aguantara. Cuanto pragmatismo ¿no? Bueno, es lo que está de moda. No sé por qué me sorprendo.

Marta Parreño dijo...

Sí que habría mujer que la aguantara, sí, de hecho las hay así y peores.

Tercera Opinión dijo...

Duro el relato.

Pero me sumo a la opinión de Marta, siempre hay personas que lo aguantan todo.

Un saludo.

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http://www.terceraopinion.net

Peggy dijo...

Sí que existe y hasta lo has visto, Diciembre. Y TENIA mujer, ahora no tiene nada. Gracias que el tiempo nos pone a todos en nuestro sitio.

Sí que hay personas que lo aguantan todo, pero también hay personas que lo que les pasa es que siempre conservan un halo de esperanza y creen que las cosas pueden cambiar. Hay personas luchadoras y que viven engañadas pensando que tienen al lado un compañero y que al final resulta ser un lastre del que han estado tirando toda la vida sin ni siquiera darse cuenta. Viven con un imbécil y no han tenido tiempo de darse cuenta.

Peggy dijo...

Por cierto. ¡Bienvenido a mi blog Tercera Opinion!. Me alegra mucho encontrarte por aquí.