sábado, 11 de septiembre de 2010

LOS LÍMITES DEL MORBO

El hombre occidental de hoy día es morboso, muy morboso a la par que ambicioso. Es la conclusión a la que llegué anoche mientras veía "After Hours" presentado por Rafa Méndez. El programa de anoche tenía como título "Vivir con Miedo". Era un reportaje de diferentes situaciones en las que los protagonistas eran tanto víctimas como verdugos.
En el grupo de las víctimas aparecía la realidad de los taxistas, de menores que habían padecido bullying en el colegio, de los vecinos que vivían en un barrio tranquilo durante el día y literalmente tomado por la droga, la prostitución y la delincuencia en el mismo momento en el que se ocultaba el sol. También nos enseñaron técnicas para defenderse de un posible ataque, solución que consideré excesiva para ciudadanos de a pie que viven tranquilamente en un ambiente normal, ni que viviéramos en el una zona de guerra.
 Por la parte de los verdugos pudimos ver a proxenetas, prostitutas y "condenados por violencia de género", tal y como los denomina la psicóloga que les estaba realizando terapia. Hasta aquí puedo llegar a entender que una cadena televisiva exprima unos temas y unos testimonios con los que ofrecer a la audiencia una información, otro punto de vista de la realidad, aunque en la opinión de muchos sean personas despreciables; lo que no me cabe en la cabeza y me indigna sumamente es que Rafa Méndez consiguió entrevistarse con un gran delincuente de barrio al que no le importaba ni siquiera mostrar su rostro. Durante lo poquito que duró la entrevista a este personaje pudimos escuchar como confesaba sin ningún tipo de pudor ni remordimiento que intimidaba a sus víctimas con una gran navaja que mostró a la cámara tímidamente, insinuaba que era muchísimo mejor que no ofrecieras resistencia porque no iba a tener miramientos, ese era su territorio y todo lo que entra ahí es suyo y tú lo has de compartir con él. Si no te atraca, te vende droga. Si le acompañas te protege del resto de delincuentes de la zona, pero Rafa Méndez recibió una clarísima amenaza y aun él hacía teatro. VERGONZOSO.
Y mi pregunta es: ¿dónde están los límites del morbo? ¿y los de la ambición por hacerse con dinero a costa de mostrar impunemente aberraciones como estas? ¿Realmente no han apresado a este delincuente confeso que ya posee antecedentes y diferentes ingresos en prisión por este tipo de delitos? ¿Tan poco le importa todo que tiene la gran cara dura de reirse en nuestra propia cara de todos nosotros y restregarnos que él va a seguir con su rutina y cuidadito con encontrártelo? ¿No hay sanción alguna para este tipo de programas en los que se roza el límite de la legalidad? ¿No incurren en encubrimiento?
Yo estoy muy a favor de la libertad de expresión e información, pero como para todo hay que tener sentido común y valorar la decencia de las cosas. No hay que ocultar que existen estos individuos pero a éste de momento ya se le ha dado una importancia que a él le eleva su ego por ser un delincuente confeso y además que sale de rositas.
Me encantaría escuchar la opinión sobre todo esto de algún miembro del orden o de la justicia y también la de alguna de las víctimas de este indeseable, al que me gustaría ver si es tan machito y gallito él solo fuera de su corral. También me gustaría saber si estos programas salen igual de impunes de todo esto. Aprecio el buen periodismo de investigación pero esto ni se le acerca.
Os aseguro que yo no perdono al individuo que entró en mi casa hace seis años mientras dormíamos la siesta mi marido y yo, estando embarazada de casi ocho meses. Jamás me he sentido tan vulnerable, indefensa e impotente. Me fastidia pensar que este personaje no lo ha pagado por algún lado y que cualquier día de estos lo pueda estar viendo en televisión confesando que ha cometido todo este tipo de delitos y que continuará haciéndolo porque él lo vale.

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