miércoles, 22 de septiembre de 2010

UNA VEZ QUISE SER...

Desde donde alcanzan mis recuerdos, con siete años soñaba con ser como esas bailarinas que tan elegantemente erguidas danzaban sobre la punta de sus pies. Lo encontraba romántico y pacificador. Mis padres cumplieron mi deseo de aprender y realmente disfruté, la lástima es que no escogieron el centro correcto para ello (poco profesional), y el caso es que se me daba bien. En la actualidad pienso: ¿cómo vive una bailarina que triunfa? Largas temporadas lejos del hogar, mucha dedicación a la profesión, prácticamente toda. ¿Es esa la vida que me hubiera hecho feliz?

Una vez frustrado este intento, con ya los diez años, me apunté a bellas artes, y también disfruté y se me daba bien, pero enseguida entendí que eso podría ser mi hobbie: estimulante y relajante. Puse los pies en la tierra y me empezó a interesar eso del magisterio y las matemáticas. Mi gran vocación vital. Pero nadie dijo que la vida fuera fácil y tras la separación de mis padres las circunstancias me obligaron a desestimar la opción de sacarme una carrera, me conformé con cursillos subvencionados y aun gracias que me dejaron acabar COU (me lo podría haber ahorrado). Tenía que incorporarme al mundo laboral, al que accedes sin necesidad de conocimientos ni titulaciones. En la actualidad pienso: ¿cómo vive un profesor de matemáticas de un colegio o instuto? Sí, muchas vacaciones, pero lidiar con toda una generación Ni-ni y sus padres no creo que compense.

Cuando ya vi cual iba a ser mi tren de vida, alrededor de los veinte años, me empecé a interesar por la psicología y supongo que me faltó cierto empujoncito, tiempo y dinero, para decidirme a estudiar la carrera compaginando con el trabajo, pero en mi vida empezaron a ocurrir cosas maravillosas (por fín) y que merecían la pena, y el tiempo me ha dado la razón. En la actualidad pienso: ¿cómo vive un psicólogo? Creo que es una profesión más libre y que dependes más de tí mismo. Puedes trabajar de muchas maneras en muchos sitios, incluso ser tu propio jefe. Toda profesión tiene ventajas y desventajas y esta no va a ser menos, ya que siendo yo una persona que lo analiza todo, muchas veces tengo el coco saturado y necesito evadirme, pero para eso están mis letras y mis explosiones artísticas. Supongo que el gran reto de un psicólogo es saber separar mucho y mucho el trabajo de su vida privada, ya que tratas con personas y la frontera de lo personal es muy frágil.

Mi conclusión: nunca es tarde, pero soy consciente de la etapa vital que estoy viviendo y si en alguna ocasión puedo estudiar una carrera casi será más por realización personal que no por orientación laboral, lo sé, aunque quién sabe...

Lo que sí sé es que me encanta bailar y se me da bien; me encanta escribir, pintar, decorar, crear y tampoco se me da mal; estaba deseando que mi niña empezara a tener deberes e interés por el aprendizaje para ponerme con ella y enseñarle, y, por último, soy una fan del crecimiento personal, cosa que me ayuda mucho a aceptarme yo y a aceptar todo aquello que me rodea y me toca vivir.

No tengo profesión alguna. Soy comodín. Soy lo que yo digo una todoterreno, oficio que me ha servido, me sirve y me servirá para tirar "p'alante". Porque lo que importa es la inteligencia emocional y las ganas de vivir la vida.

No hay comentarios: